Monday, April 24, 2006

Eduardo


El otro día, exactamente el sábado de gloria de Semana Santa me encontraba en Galicia con mi pareja pasando unos días de relax y tranquilidad en el campo (bueno, ni tan relax), cuando después de comer como rey en casa de mi tía me dirigía a casa para un buen yoga Ibérico (siesta) cuando a la salida me encuentro una señora mayor calculo yo de unos 85 años que se encontraba recargada en el muro de la casa de enfrente, lo que mas me impresiono es que gritaba con una voz triste y opaca el nombre de Eduardo, yo la observe durante unos minutos y me puse a pensar en lo que le podría estar ocurriendo a esa persona, claro mi imaginación peliculera (soy estudiante de cine) me dio como primera pauta una señora viuda que llora como alma en pena por el que se fue, Eduardo en este citado caso, después de unos minutos observándola seguí mi camino a casa sin imaginar realmente lo que sucedía., Al otro día mi abuela un poco molesta me replica “joe, siempre es lo mismo esta la pobre ahí gritando todo el día, y claro como el marido (Eduardo) esta segando la hierba no puede ir por ella, si no la puede cuidar que pague a alguien, que los vecinos ya están hartos.

Yo me quede callado un rato pudiendo imaginar la escena como me la contaba mi abuela, pero por mas intentos no puede, ¡que le voy a hacer! Si al final de cuentas prefiero las historias de amor, es lo que tiene ser un peliculero.

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